Ventanas

Había una vez

Fuimos jóvenes por accidente, dijo él,
la alegría era un tropiezo. El dulzor
de nuestro cuerpo era tan natural como
el sol que se alzaba del Mediterráneo todas
las mañanas, renovado. Estábamos vivos
de casualidad. Una figura sin forma.
Éramos una música con melodía
pero sin acordes, tocada solamente
en las teclas blancas. Creíamos que el entusiasmo
era amor, que la intensidad era un matrimonio.
No queríamos lastimar a nadie, pero apenas
veíamos a las mujeres por tanto ardor
y tanto apuro. Éramos inocentes, dijo él, quedábamos
desconcertados si nos dejaban besar sus tiernas bocas.
A veces también nos devolvían el beso, e incluso lo ofrecían.

(Jack Gilbert)

FOTOGRAFÍA: DIM-7
FOTOGRAFÍA: PHILIPPE OURSEL

El río

Cruzaste el río del olvido, pero
¿te olvidé yo?, ¿me olvidaste?
No, nos vamos sacando esas cáscaras,
esas corazas como de rinocerontes,
las caras que teníamos que poner,
las cosas que teníamos que decir,
y abajo quedan los animales blandos,
hablando en un idioma que es tan nuevo
que me parece que lo aprendo en un sueño
o me lo encuentro por ahí.

Sonia Scarabelli

FOTOGRAFÍA: WILHELM GUNKEL
FOTOGRAFÍA: PHILIPPE OURSEL

El calor

como si se pudiera
residir en el calor de otro cuerpo
me acomodo entre los brazos del verano
espero
la tarde en que vuelvas,
amor, a leer conmigo mi pequeño
zoológico de palabras
o sombras en los muros, para empezar de nuevo.

Anahí Mallol

FOTOGRAFÍA: ANDRES HERRERA
FOTOGRAFÍA: PHILIPPE OURSEL

ESCRIBO EN ESTE TROZO DE PAPEL la injusticia
de los que pierden el tiempo buscando lo que
no hay. Acá, por suerte, no hay nada que
buscar. Todo se encuentra: hablo de objetos en
pleno desarraigo, cuyo uso diferente ha
logrado distanciarlos de su identidad. Los miro
con desafección, como a estúpidas vajillas o
animales, también con cierta tristeza. Tienen
una forma de mirar que aplasta las razones.
Alguien tendría que concederles el beneficio
de la letra, su clausura. No me pidan que sea
yo el que lo haga. A ver si ustedes.

Carlos Ríos

Inmaculada
Para Michiko

El cerebro está muerto y el cuerpo
ya no sufre la infección del espíritu.
Ahora hay sólo máquinas que le hablan
a la máquina. La ayudan a emprender
una vez más su viaje antiguo, puro.

Vermont

FOTOGRAFÍA: ARTEM SAPEGINO

La mañana

Le gané por cansancio a la felicidad,
horas y horas practicando el ejercicio del
abandono
como quien se deshace de una piedra que
carga a sus espaldas.
El azar quiso que me encontrara en esta
pieza,
es mentira que la escritura nos salva.
Mi infancia fue un país extraño y sin sol,
señal de que soy un desconocido,
una forma incompleta
alrededor de una experiencia imposible.

Marcelo Daniel Díaz

FOTOGRAFÍA: DARIA SHEVELEVA
FOTOGRAFÍA: PHILIPPE OURSEL

Osa menor

El eje terrestre se detiene.
Es inédito. Olvidamos que la luz
es sombra carbonizada.
Y que la radiación la multiplicará como los panes.
Más tarde o más temprano
los nombres de las constelaciones
repoblarán los espacios celestes
donde el único método que nos define
consiste en habitar la ausencia
con la ausencia.

Marcelo Daniel Díaz

Satélites

Para el ojo del astrónomo
somos pequeñas gotas que caen en la tierra
desde un cielo ladeado en sus extremos.
Y para el ojo de los seres queridos
brillan los paneles de los satélites.
No sé explicarlo: es un candado de luz
ahogando la materia oscura.

Marcelo Daniel Díaz

FOTOGRAFÍA: MIKA

Alza la mano si alguna vez

Ahora que volví a ser niña de nuevo,
todo resulta más interesante.

Tú me resultas más interesante,
el alcohol me resulta más interesante;
mi temor de quedarme bajo el agua es, a un tiempo,
más obvio y más interesante.

También los choques automovilísticos me llaman
como nunca la atención,
al igual que los rostros de jóvenes mujeres que
venden cigarrillos y gardenias,
al igual que mis propios y súbitos ataques de deseo,
los cuales me desangran en torpes direcciones
como dedos de plantas suculentas.

¿Te acuerdas del juego de “Quemados”?
¿Te acuerdas de los machucones?

¿Te acuerdas de la electricidad estática?

Cada rostro es, de nuevo, un parpadeo.
Un perro con correa termina por meterse en todas las
preguntas adecuadas.

¿Qué es lo que quieres?
¿Qué es lo que tú quieres?

Quisiera, a veces, echar mano de mis propias manos y
sacudirme,
y marcarme a mí misma con mis uñas.

Ahora me doy cuenta de que esto, también, es una
especie de éxtasis,
una demanda generalizada:
dame algo útil.
Críame.

Robin Myers

FOTOGRAFÍA: NICK VAN DEN BERG