El cambio a la
modalidad virtual:

EXPERIENCIAS, RETOS Y REPERCUSIONES
EN UN MUNDO INCIERTO

Plumas invitadas

Alicia Inés
Pérez Rodríguez

Licenciada en Historia por parte de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Fue profesora adjunta 3 años en el colegio de Historia de la FFyL; el primero como servicio social y los siguientes por currículum. Estudiante recién aceptada en la Maestría en Estudios de la Mujer de la UAM-X. Profesora en la ENP 4 “Vidal Castañeda y Nájera”, UNAM, con un año de antigüedad docente.

alicia.perez@enp.unam.mx

El propósito de este artículo es, por una parte, reflexionar sobre el impacto de la contingencia de la COVID-19 en los docentes y alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria a partir de una experiencia personal, y por otra, plantear algunas repercusiones y retos que tendremos que afrontar los docentes en un contexto incierto. Se ha dividido en cuatro subapartados: el primero relata los cambios a partir de la contingencia, con énfasis en la sobrecarga laboral; el segundo analiza los retos educativos con base en la recopilación de información, el cambio a la modalidad virtual y la evaluación de contenidos, y en el tercero se apuntan ciertos elementos sobre la incertidumbre laboral y el panorama futuro. Por último, en el cuarto apartado se esgrimen algunas reflexiones finales.

Claramente, este artículo nació de la experiencia propia; surge de apreciaciones personales que de ninguna forma pretender ser el portavoz de una comunidad escolar, sino de una persona que escribe en medio de la incertidumbre.

El puente del 21 de marzo y la caída del año

El 16 de marzo de 2020 parece ser una fecha lejana, pero en realidad no han pasado ni seis meses de ello. Recuerdo claramente ese día porque fue de asueto por el natalicio de Benito Juárez. Parece que marzo marca un antes y un después, pero en realidad este año escolar había sido ya muy difícil: marcado por demandas escolares, paros, tomas de planteles y un ambiente enrarecido en la comunidad universitaria (López, 2020).

La tarde de ese lunes, recibí un torrente de correos electrónicos a partir de la publicación del comunicado de la UNAM (UNAM, 2020) sobre la decisión de suspender todas las actividades presenciales. Allí empezó un panorama que dificultó el de por sí ya complejo año escolar 2019-2020 y que hasta el día de hoy no parece tener un camino cierto.

Entre esos correos estaba el de una alumna de 4° año, el primero, donde me escribía: “Maestra, ¿qué va a pasar con las clases, con los exámenes finales, con los extraordinarios?”. Se me quedó grabado no sólo porque teníamos las mismas inquietudes, sino porque ella había previsto fechas más lejanas que las mías sobre la duración de la contingencia. Allí inició el proceso de cambio educativo a causa de la COVID-19 , que en mi experiencia tuvo tres etapas diferenciadas: recopilación de contactos, cambio a la modalidad virtual y evaluaciones. Todos se caracterizaron por la sobrecarga de trabajo virtual.

La primera etapa tuvo partes muy claras: alumnos e institución mandando correos durante todo el día y esperando que fueran respondidos inmediatamente. Si cada grupo tiene 60 alumnos en promedio y con 5 a la vez, reunir toda la información de cada correo electrónico fue algo que tomó muchos días y en realidad nunca se logró, ya sea porque los alumnos decidieron no incorporarse a las actividades, porque entraron semanas después o por correos inválidos.

No obstante, eso fue lo sencillo. Lo verdaderamente difícil en mi caso fue mudar las clases de un modelo presencial al virtual de manera rápida, que cubrieran los contenidos faltantes y que fuera un aprendizaje significativo. Este cambio daba por sentado que los alumnos tenían internet las 24 horas del día, una computadora para ellos solos y la claridad emocional de estar frente a una computadora mientras la rutina de su vida académica y personal cambiaba drásticamente.

Este ciclo escolar tuve grupos de cada año de bachillerato y es interesante comparar las experiencias: los alumnos de cuarto año no tenían una idea clara de qué hacer porque

era la primera vez que completaban un ciclo escolar, no entendían la diferencia entre exámenes ordinarios y extraordinarios o las modalidades de reinscripción. Los alumnos de quinto año no me preguntaron mucho, pero los de sexto año tuvieron una gran incertidumbre por el término del año y por trámites de suma importancia para ellos como el pase reglamentado, cuya conferencia planeada originalmente para el mes de enero, nunca se llevó a cabo. Además, el hecho de no volver a ver a sus amigos o despedirse de ellos y el término abrupto de las clases fue algo que tuvo indudablemente un impacto en todos.

Considero que la institución, con la urgencia de la situación y la resolución al día de temas urgentes, asumió que ellos sabían qué trámites hacer. En ese sentido, varios de nosotros nos volvimos orientadores improvisados, al resolver dudas administrativas sobre el pase reglamentado, las inscripciones y el registro de extraordinarios.

Para nosotros este cambio educativo significó en un sentido inmediato que la computadora se volviera una extensión de nosotros a la cual teníamos que estar conectados mucho más tiempo que nuestra jornada establecida; que frente a la incertidumbre familiar, social y mundial tuvimos que implementar nuevos recursos y métodos pedagógicos a marchas forzadas; es decir, ser productivos frente a la incertidumbre.

Tal vez asumimos o ignoramos que tanto los alumnos como nosotros tuvimos un impacto emocional fuerte y que nuestra rutina cambió drásticamente de un día a otro. Que nos ha costado tener los recursos digitales y emocionales para poder aprender y enseñar. Asumimos que su vida no ha sido trastocada, que no temen por su incertidumbre económica, que no tienen familiares enfermos o fallecidos, etcétera. O incluso que nosotros mismos no tenemos compañeros enfermos o fallecidos.

Recopilación de datos, modalidad virtual y evaluaciones

La pandemia sacó a la luz muchas desigualdades, supuestos y carencias que existen a nuestro alrededor. En términos

No es cambiar el pizarrón por Zoom, es escribir otro idioma con otras herramientas. Y desgraciadamente creo que no estamos preparados:

educativos, ésta dejó al desnudo el mito de que somos nativos digitales (Prensky,2001): que los docentes, alumnos e instituciones manejamos con naturalidad contenidos virtuales y que no nos cuesta trabajo porque es nuestro espacio común; a la luz de los meses creo que debemos cuestionar esa acepción.

En la primera etapa de recopilación de información constatamos que está sistematizada por números de cuenta, pero no por huellas digitales. De hecho, se crearon varios recursos para el contacto entre jefes de grupos, alumnos y maestros como Contacto ENP, pero también herramientas estudiantiles que reflejan los problemas y quejas sobre la comunicación y entrega de calificaciones, como la Encuesta sobre condiciones de estudio ante la crisis sanitaria (Comité de Lucha Prepa 4 UNAM, 2020).

En la etapa de cambio a lo virtual, dábamos por sentado que éste era sólo un cambio de escenario, cuando en realidad es un nuevo mundo: requiere un cambio en los objetivos, comunicaciones y lenguaje que no siempre tiene un correspondiente con el modelo constructivista y participativo de la UNAM. No es cambiar el pizarrón por Zoom, es escribir otro idioma con otras herramientas. Y desgraciadamente creo que no estamos preparados: una cosa es tener redes sociales o usar el correo electrónico, pero otra es diseñar proyectos académicos virtuales coherentes y que conlleven un aprendizaje significativo. ¿Cómo salir de clásica fórmula de leer, ver videos y realizar un trabajo en equipo? Además, en mi experiencia siempre hubo dudas o falta de entendimiento a plataformas como Moodle y Google Classroom.

La última etapa, la de las evaluaciones, fue una de las más controversiales. ¿Cómo evaluar los contenidos en internet? Hay algunas respuestas obvias, que son los resultados

acumulativos de las actividades: mientras más se realicen, más puntos de evaluación, pero ¿eso equivale a aprender? Vimos que uno de los grandes temas fue la sobrecarga de trabajo escolar incluso a niveles básicos de enseñanza (Ortega, 2020). Así pues, la sobrecarga de trabajo no sólo está en nosotros, sino en los alumnos, cuando tienen 11 materias aparte de la nuestra en la Escuela Nacional Preparatoria. Incluso pensemos en su rutina, ¿acaso esperamos que un adolescente esté 8 o 9 horas frente a una computadora diariamente?

Otro recurso ampliamente utilizado son los exámenes en línea. La mayoría son de opción múltiple, aunque existe el inconveniente de la sobrecarga de usuarios y posible funcionamiento deficiente en algunos, como se ha registrado en los exámenes de admisión a la UAM (Hernández y Rangel, 2020) o que buscan paliar los extraordinarios en línea de la ENP (DGENP, 2020).

Otro aspecto que no ha sido tan tratado es la seguridad en la identidad de los estudiantes. En mi caso, un alumno al pedirme una extensión en la entrega de su examen final, lo hizo con un léxico que difícilmente corresponde a un adolescente de 16 años, ¿quién está detrás de la pantalla y cómo lo corroboramos? Ese es uno de los elementos más discutidos en la aplicación de exámenes que determinan la acreditación total de materias, como exámenes de admisión o extraordinarios. Hablando de estos, es interesante leer las reacciones en redes sociales donde los usuarios asumen que son mucho más fáciles de pasar; habrá que pensar si esta es una opción para sustituir una prueba que pretende evaluar la totalidad de los contenidos de un año escolar.

Otra opción sería ser hipervigilantes en el proceso, exigir la cámara y el micrófono encendido en todo momento y que al menor movimiento se cancele el examen, ¿pero acaso

¿Será que es el terror de la incertidumbre laboral lo que nos presiona a trabajar o a actualizarnos a marchas forzadas?

encendido en todo momento y que al menor movimiento se cancele el examen, ¿pero acaso servirá de algo? Tal vez podemos empezar a plantear más opciones que la hipervigilancia hacia los alumnos o hacia nosotros mismos, o el enfoque acumulativo. En definitiva, nuestra prioridad debería ser que ellos aprendan y no la realización de trámites a como dé lugar.

Incertidumbre laboral y futuro incierto

La pandemia está a nuestro alrededor a todas horas: en las noticias, periódicos, televisión, redes sociales, radio, etcétera. La infoxicación (Facultad de Psicología, s/f.) por la pandemia es un fenómeno que puede causar afectaciones en todos nosotros. Uno de los elementos más difundidos es la pérdida de empleos y las repercusiones económicas, que se aúna a la sobrecarga de trabajo y la incertidumbre sobre el regreso o futuro laboral, especialmente en docentes temporales.

¿Será que es el terror de la incertidumbre laboral lo que nos presiona a trabajar o a actualizarnos a marchas forzadas? En este escenario de crisis, creo que es bastante claro que nuestro papel como docentes, escenario y modo de vida han

cambiado de forma innegable. Tal vez esa presión a nivel personal por entender contenidos virtuales en días, por entrar a todos los cursos de actualización y tener las aplicaciones más novedosas son síntoma del miedo a perder nuestro puesto o a ser relegados por nuestra impericia digital. ¿Qué pasa con los docentes que llevan lustros dando clases con contenidos únicamente presenciales o cuyos recursos son únicamente físicos? ¿acaso sus enseñanzas son menos válidas por no utilizar aulas virtuales o las redes sociales más populares entre los alumnos?

Aunado a lo anterior, considero que debemos ser críticos de las decisiones que han tomado instancias como la SEP o la UNAM de entregar resultados y finalizar los ciclos escolares por sobre un análisis profundo del verdadero aprendizaje en estos meses y que ya han llevado a cabo acciones con repercusiones a mediano plazo como la decisión de admisión a escuelas secundarias sin examen (Animal Político, 2020).

Esto plantea un horizonte incierto en el manejo de decisiones institucionales y del propio ambiente escolar. En primer lugar, las interrogantes sobre el examen de admisión del COMIPEMS

DEYANIRA AGUILAR GOMEZ

y la sana distancia en las aulas ¿acaso esto repercutirá en el número de aspirantes admitidos a las escuelas y facultades de la UNAM?, ¿se aplazarán aún más los calendarios de inicio al próximo ciclo hasta que puedan aplicarse presencialmente los exámenes de admisión?

En el ambiente cotidiano, quienes trabajamos con adolescentes o recordamos nuestra estancia en la preparatoria, sabemos que el ruido, la cercanía y el contacto son lo más habitual en la escuela (y más después de meses sin verse) y que el silencio es en ocasiones tan preciado como inalcanzable. Esto supone un gran reto para los modelos híbridos propuestos o las medidas de distanciamiento y da pie a otras preguntas: ¿se abrirán más grupos, oportunidades de trabajo o instalaciones para tener grupos con la sana distancia efectiva en los salones?, ¿qué pasará con materias como educación física, danza, teatro, coro y otras donde el uso del cuerpo es primordial? Si se lleva a cabo el sistema mixto de clases presenciales y virtuales, ¿se dará un aumento de salario por la carga extra de trabajo? Tal vez sólo el tiempo y nuestras reacciones ante éste lo dirán.

Reflexiones finales

En definitiva, la contingencia por la COVID-19 enrareció un panorama educativo que de por sí ya era complejo; la incertidumbre y el cambio son los nuevos ejes de nuestra vida académica. Esta nueva realidad nos ha llevado a cuestionar con nuevos ojos qué significa ser un letrado virtual y qué significa ser docente.

En lo que respecta a nuestros alumnos, debemos tomar como centro su contexto social, económico y emocional como base para crear un aprendizaje significativo, más allá de un enfoque acumulativo de tareas. En cuanto a nosotros, si bien nuestra formación ha sido individual, la situación abre un horizonte para una injerencia activa en nuestro propio futuro y certidumbre laboral como colectivo de docentes.

No obstante, considero que lo más necesario a realizar es un análisis profundo y un planteamiento teórico sobre cómo interrelacionar nuestro modelo educativo con la nueva realidad, ya que hemos constatado que no estamos preparados cabalmente. La plataforma más novedosa no será efectiva si no posee un planteamiento coherente con las necesidades de formación de nuestros alumnos, ya que nuestras acciones tienen repercusiones a largo plazo en ellos y en el conjunto de nuestra sociedad.

Fuentes de consulta
  1. Comité de Lucha Prepa 4 UNAM. (2020, 28 abril). Pliego Petitorio. Encuesta sobre condiciones de estudio ante la crisis sanitaria. Facebook CL Prepa 4 UNAM. https://www.facebook.com/CLP4UNAM/photos/ms.c.eJw1yMERwDAIA7CNeuDYDuy~;WC8p1VNocccmaCCWHtyoZRrZzC~_sUqJQ6olCnXB6okO72Qj94RvJiR2KE~_GYyCSdstcLV5Ybqw~-~-.bps.a.2954700727956038/2954707424622035/
  2. Dirección General Escuela Nacional Preparatoria UNAM. (2020, 27 junio). ACUERDO NO. 22-06-2020/01. DGENP UNAM. http://dgenp.unam.mx/images/pop/pdf/ComunicadoEEX27jun20.pdf
  3. Facultad de Psicología UNAM. (s. f.). ¿Sabes lo que significa la infoxicación, sus consecuencias y cómo prevenirlas? Fundación UNAM. https://www.fundacionunam.org.mx/unam-al-dia/sabes-lo-quesignifica-la-infoxicacion-sus-consecuencias-y-como-prevenirlas/
  4. Hernández, K., & Rangel, A. (2020, 26 julio). Reportan fallas en exámenes de prueba para ingresar a la UAM. Milenio Noticias. https://www.milenio.com/politica/comunidad/reportan-fallas-examenesprueba-ingresar-uam
  5. López, I. (2020, 5 febrero). Suman 15 planteles de la UNAM en paro de labores. Revista Proceso en línea. https://www.proceso.com.mx/616943/15-planteles-unam-paro
  6. Ortega, A. (2020, 27 abril). Aprender ‘on line’ en medio de la pandemia incrementa rezago educativo. ExpansiónPolítica. https://politica.expansion.mx/mexico/2020/04/27/aprender-on-line-en-mediode-la-pandemia-incrementa-rezago-educativo
  7. Prensky, M. (2001, octubre). Digital Natives, Digital Inmigrants. Marc Prensky Writing. https://www.marcprensky.com/writing/Prensky%20%20Digital%20Natives,%20Digital%20Immigrants%20-%20Part1.pdf
  8. Redacción Animal Político. (2020, 16 junio). Así será la asignación de lugares para ingresar a secundaria en CDMX tras cancelación de examen de admisión. Animal Político. https://www.animalpolitico.com/2020/06/ingreso-secundaria-cdmx-examen-admision-covidsep/
  9. Universidad Nacional Autónoma de México. (2020, 17 marzo). A la comunidad universitaria. Gaceta UNAM en línea. https://www.gaceta.unam.mx/wp-content/uploads/2020/03/200317.pdf