De docentes,
alumnos y CCH

EN TIEMPOS DE COVID-19

Experimentales

Adriana
Jaramillo
Alcantar

Adriana Jaramillo Alcantar estudió Ingeniería Química en la FES Cuautitlán y la MADEMS en Química, además de varios diplomados relacionados con la docencia. Laboró como profesor en la FES Cuautitlán y ahora en CCH Naucalpan. Ha participado en congresos, mesas redondas, coloquios, cursos y actividades extracurriculares. Con una antigüedad docente de 4 años en UNAM.

adriana.jaramillo@cch.unam.mx

Guillermo Itzamná Platas Jiménez

Guillermo Itzamná Platas Jiménez estudió Ingeniería Química y la maestría en Ingeniería Química en la Facultad de Química, Ciudad Universitaria. Labora actualmente como profesor de asignatura del área de Ciencias Experimentales y Matemáticas en el Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan, con una antigüedad docente de 1 año y 6 meses en la UNAM.

guillermop.cchnaucalpan@gmail.com

La contingencia por el COVID-19 llegó sin avisar, ingenuamente pensábamos que duraría unos días, luego fueron semanas y ahora han transcurrido varios meses, sin fecha de regresar a la nueva normalidad en las aulas. Las escuelas, las instituciones de la modernidad, consolidadas a través de los sistemas educativos (Díaz-Barriga, A.; 2020), se trasladaron a espacios virtuales, donde tanto como alumnos, profesores, administración escolar y los padres de familia, se encuentran ante un terreno, en gran medida, poco conocido.

De esa forma, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) se abrieron paso rápidamente, provocando cambios en los procesos de enseñanza y aprendizaje, como el adaptar estrategias didácticas ante la problemática actual. Sin embargo, para que esto se logre de forma óptima, es necesario que tanto profesores como alumnos posean ciertas habilidades digitales, que de acuerdo con la Matriz de habilidades digitales (2016) son el conjunto de saberes relacionados con el uso de herramientas de comunicación, acceso, procesamiento y producción de la información.

Entonces, ¿Cuál es el dominio de dichas habilidades digitales de nuestro alumnado? Acorde con los datos recabados en el TICómetro para la generación 2019 del CCH Naucalpan, más del 60% de los estudiantes obtuvieron valores de calificaciones de 3.01 a 6, con lo que se evidencia la escasez de destrezas en el manejo adecuado de dispositivos digitales aplicables en su quehacer diario escolar. Es así que, considerando que las habilidades no son siquiera las mínimas para el desarrollo presencial de clases, ¿qué esperaríamos de las actividades a desarrollar de forma a distancia?

Aunado a lo anterior, un problema generalizado, que casi todos los alumnos reconocen, es la distracción a la hora de trabajar con dispositivos digitales con acceso a internet (Díez Rodríguez, C.; 2017), puesto que generalmente es empleado para actividades con enfoque de entretenimiento y comunicación, como: juegos, redes sociales, videos, por citar algunos.

En este sentido, el TICómetro también reporta que el 88% de los alumnos de la generación 2019 del CCH Naucalpan tienen acceso a internet desde sus casas, esto refiere a los valores más bajos de todos los planteles del Colegio. Por lo que se demuestra la brecha de oportunidades de acceso a estos

medios, es decir, la falta de equidad social entre los alumnos conectados y los que no.

Los datos anteriormente expuestos nos permiten reflexionar a los docentes sobre las estrategias de integración de las TIC en las actividades educativas y en la capacidad de acceso a internet de nuestro alumnado.

Sin embargo, la pandemia llegó de forma inesperada, los docentes improvisamos en trasladar las aulas a ambientes digitales, con recursos que se dominaban o medianamente se hacía, cayendo en el error de desarrollar clases con tintes totalmente tradicionales, al concebir como única vía de transmisión de conocimiento una videoconferencia, un video, un pdf, una presentación o un documento, para posteriormente cuestionar a los estudiantes sobre los conceptos revisados mediante un examen, como único mecanismo de evaluación. En otras palabras, se cambiaron los medios y no los métodos.

Lo que se ha visto estos días es que los docentes, expertos sin duda en sus asignaturas y en la didáctica de las clases presenciales, de la noche a la mañana se han visto abocados a manejarse en esa otra didáctica online para la que no todos estaban preparados, dejando ver, además, su propia experiencia.

SAAD MAHMUD

Tanto docentes, como alumnos, no estamos acostumbrados a pasar tanto tiempo frente a una computadora o dispositivo electrónico recibiendo información de gran relevancia y que requiere de gran comprensión, además de atención. Es cierto que, las personas constantemente usan sus smartphones y tienen acceso a gran cantidad de información, pero este tipo de información es breve y requiere de la mínima atención para poder ser captado y la gente acostumbrada a eso.

Es así que, la problemática de los docentes recae, como refiere Bautista Sánchez, M. G., Martínez Moreno, A. R., y Hiracheta Torres, R. (2014), en cómo se puede hacer uso de la tecnología, y de qué manera se logra integrar a su práctica docente, ya que su formación TIC es deficiente. Esto se debe a que, para muchos profesores el empleo de herramientas digitales implica ciertas desventajas, tales como tiempo extra clase para aprender a usar aplicaciones y programas, así mismo, estos softwares y plataformas tienen algún costo extra, para ser usadas con total acceso.

En el caso, de una clase con cierta estrategia didáctica muy específica, requiere estar diseñada, de cierta manera que la atención del alumno sea lo más completa posible, además del contenido de la misma. Esto debido a que no se puede exigir a los estudiantes a cubrir ciertas horas sentados mientras que nosotros como docentes, estamos explicando un tema, o realizando actividad sin alguna estrategia previamente planeada una sea en una plataforma virtual, videoconferencia, aula virtual.

Hasta ahora, el Modelo Educativo, los Planes y Programas de Estudios del Colegio son caracterizados para una modalidad presencial, y con la situación actual de contingencia, los maestros adecuamos estrategias que abordarán los aprendizajes a distancia.

En el caso de la asignatura de Química, existen aprendizajes que no son totalmente posibles de alcanzar, como las experiencias experimentales, pues aunque existen simuladores virtuales de laboratorio, las habilidades y

destrezas que el alumno adquiere al manipular, dominar y controlar el equipo, así como, material de laboratorio jamás serán comparables.

Por ello, los profesores debemos considerar el curriculum oculto para adecuar, con base a nuestra experiencia docente, actividades que permitan el desarrollo integral del alumnado, para esto, es necesario comprender que las estrategias de enseñanza se utilizan de forma flexible y estratégica para promover la mayor cantidad y calidad de aprendizajes significativos en los alumnos (Díaz-Barriga y Hernández, 2010, p. 377), generando así ambientes ricos de aprendizajes, con diversidad de actividades enfocadas con nuestro modelo educativo, donde el alumno sea el protagonista del proceso de enseñanza y aprendizaje, mientras que, los docentes fungimos como guías, gestores de este proceso.

Lo anterior, ocurriría en la idealidad. En la realidad es necesario atender a ciertos factores como la discrepancia en la capacidad de acceso a recursos técnicos, que incluyen: el internet, computadoras, dispositivos digitales (tablets, smartphone), que permitan desarrollar las actividades a los alumnos. En ese sentido, cabe destacar que de acuerdo con el TICómetro el 30.5% de los estudiantes tiene acceso a internet mediante un equipo smartphone, mientras que el 22.6% lo hace mediante una laptop, por lo que las actividades que se propongan deben ser diferenciadas, al considerar que cada equipo tiene características distintas.

En este panorama, el programa de educación digital es un amplio ejemplo de promoción de la desigualdad social, donde los profesores, estamos ante un problema difícil de solucionar, por un lado estamos revisando la mejor manera de diseño y desarrollo de clase con el manejo de herramientas adecuadas; y por otro, esto ocasiona en el alumnado la disminución de la posibilidad de calidad de su aprendizaje, por el contrario, algunos se ven frustrados y, por lo general, no terminarán el semestre.

Aunque existan programas como el Programa Emergente de Recuperación Ordinaria (PERO) que permita recuperar a algunos estudiantes y evitar su rezago, no será posible apoyar a todos los estudiantes ante estas eventualidades.

Por lo que como docentes debemos cuestionarnos ¿Cuál sería la forma de poder llegar a estos alumnos? , tales que se encuentren fuera de posibilidades de acceso a continuar con su educación por falta de recursos económicos.

Los docentes en primera instancia, debemos emplear técnicas y métodos que permitan ser apoyo para tener una mejor claridad del contexto en el que se encuentran nuestros alumnos y que estrategia de enseñanza es la mejor para diseñar y llevar a cabo. Se puede usar una encuesta, formulario o diagnóstico previo al curso o clase. Tratando, en la medida de lo posible la individualización de la enseñanza y aprendizaje.

Entonces, es importante focalizar cuáles son las variables que, como educadores, sí podemos controlar relativamente, ya que esto se relaciona con las propuestas que diseñamos para nuestros estudiantes, cómo nos vamos a acercar a ellos, qué vínculo estableceremos ahora que estamos fuera del aula, y cómo avanzaremos para que puedan construir sus aprendizajes.

Así mismo, como mencionan Bautista, Martínez & Hiracheta, deben crearse métodos para que el estudiante aprenda y no para que el profesor enseñe; para esto, la tecnología propicia el medio, el resultado son los entornos de aprendizaje virtuales, que permite al profesor, de una manera pedagógica, gestionar y diseñar contenidos para ampliar sus conocimientos sobre algún tema, pero que, además, posibilita diseñar actividades y evaluaciones que propicien una retroalimentación y comprobación de los objetivos propuestos (p. 187, 2014).

Cuando se logra una enseñanza adecuada, los aprendizajes se logran de manera eficiente, se transmite más información en menos tiempo y se activan las funciones intelectuales para la adquisición del conocimiento; asimismo, se facilita que los estudiantes sean sujetos activos de su propio aprendizaje y permitan la aplicación de los conocimientos adquiridos.

Para aprovechar el potencial del estudiante, deben utilizarse métodos, estrategias y técnicas de enseñanza acordes a la situación actual y al contexto del mismo estudiante, eso permite que se sienta incluido en cada actividad de enseñanza y aprendizaje y logre así, asimilar mejor los contenidos, aprenden a pensar mejor y desarrollar otras facultades intelectuales que permitan que el estudiante

Tanto docentes, como alumnos, no estamos acostumbrados a pasar tanto tiempo frente a una computadora o dispositivo electrónico.

CARLOS MÁRQUEZ GONZÁLEZ

aumente su autonomía y controla su propio ritmo y horario, que en con este panorama, es lo que se necesita lograr.

Por otro lado, de no contemplar el contexto, pensar y actuar del mismo estudiante ocasionará un desinterés por parte de él, además de un retroceso en el aprendizaje y que a largo plazo será un rezago de conocimientos y habilidad, que en el panorama actual en que nos encontramos es lo que más debemos evitar.

LA UNAM, como institución educativa de igual forma, está en constante actividad a raíz de esta situación que nos acontece y nos brinda un abanico de cursos, talleres, herramientas, aplicaciones y de aquello que sea necesario para que los docentes, alumnos y toda persona involucrada en el quehacer del aprendizaje y enseñanza pueda seguir con los objetivos planteados en la institución. Es por ello, que el docente tiene esta oportunidad de actualizarse aprovechar estas facilidades que se ofrecen para adaptarlos de la mejor manera a las necesidades de las aulas, asignaturas y de a la enseñanza y aprendizaje, pero sobre todo, como se menciona en párrafos anteriores, al contexto y situación de nuestros alumnos, para así lograr la eficiencia y calidad en nuestro quehacer.

Debemos considerar que como docentes debemos adaptarnos a estos cambios, debemos seguir e incrementar nuestras actividades docentes de actualización y formación; es el momento se debe profundizar, investigar, conocer y aplicar técnicas y enfoques educativos para lograr que el aprendizajeenseñanza sea eficiente y de calidad, más aún, saberlos adaptar considerando el contexto, la realidad, las limitantes y todos los aspectos que hemos mencionado; así esto se convierte en uno de los mayores retos que nos deja el COVID-19.

Si no se es capaz de lograr esto, entraremos en un rezago que nos pondrá en desventaja como docente, ante estos cambios que llegaron, permanecerán y sobre todo continuarán modificando lo que hasta ahora se hacía en nuestro quehacer.

Finalmente, debemos reflexionar sobre un cambio en la formulación de las propuestas que ofrecemos a los estudiantes, nivel institucional, curricular y metodológico, mediante una transformación en los formatos con los cuales acompañamos a los alumnos para la construcción de su propio aprendizaje, recordando que la enseñanza online favorece el acceso a los contenidos y las comunicaciones, facilita el aprendizaje cooperativo, el intercambio y la autonomía.

Fuentes de consulta
  1. Bautista S.nchez, M. G., Mart.nez Moreno, A. R., y Hiracheta Torres, R. (2014). El uso de material did.ctico y las tecnolog.as de informaci.n y comunicaci.n (TIC) para mejorar el alcance acad.mico. Ciencia y Tecnolog.a No. 14, pp. 183-194.
  2. Coordinaci.n de Tecnolog.as para la Educaci.n – h@bitat puma. DGTIC (2019). Resultados de la sexta aplicaci.n del cuestionario diagn.stico sobre habilidades digitales a estudiantes de primer ingreso al bachillerato de la UNAM. Generaci.n 2019. https://educatic.unam.mx/publicaciones/ticometro/Ticometro2018.pdf
  3. D.az-Barriga, A. (2020). La escuela ausente, la necesidad de replantear su significado. En H. Casanova Cardiel (Coord.), Educaci.n y pandemia: una visi.n acad.mica (pp. 19-29). Ciudad de M.xico: Universidad Nacional Aut.noma de M.xico, Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educaci.n.
  4. D.az Barriga, F. y Hern.ndez, G. (2010). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Una interpretaci.n constructivista. M.xico: McGraw-Hill, pp. 179-185 y 377.
  5. D.ez Rodr.guez, C. (2017). Una experiencia de comunicaci.n a trav.s de Internet en el marco de la ense.anza de la F.sica y Qu.mica. Revista Eureka Sobre Ense.anza Y Divulgaci.n De Las Ciencias, 2(2), pp. 218-233. Recuperado a partir de https://revistas.uca.es/index.php/eureka/article/view/3920
  6. Matriz de habilidades digitales. (2016). M.xico, Coordinaci.n de Tecnolog.as para la Educaci.n- h@bitat puma- DGTIC-UNAM . https://educatic.unam.mx/publicaciones/matriz-habilidades-digitales.html