Reflexiones de la
práctica docente

D E S D E  E L  C O N F I N A M I E N T O

Experimentales

Rosaura
Rocha
Escamilla

Licenciada en Psicología por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, con mención honorífica. Maestría en Docencia para la Educación Media Superior (MADEMS) en psicología por la misma facultad, con mención honorífica. Profesora de carrera asociado “C” de M.T., adscrita al C. C. H. Azcapotzalco. Con 15 años de antigüedad.

rosaurarocha@yahoo.com.mx

Con una mirada constructivista, el CCH concibe entre los rasgos primordiales un modelo de docencia para los profesores como un sujeto facilitador, auxiliar, mediador o guía entre el alumno y el proceso de apropiación de los conocimientos. De forma puntual Elguea (2008) señala que el docente en el Colegio va desarrollando y fortaleciendo habilidades de planeación, instrumentació y evaluación, así como generar materiales didácticos. Todo ello encaminado a que los alumnos adquieran conocimientos significativos y habilidades intelectuales de acuerdo a las características de la disciplina, el enfoque y al área respectiva.

Un rasgo fundamental del ejercicio docente en el Marco del Modelo Educativo, es que le permite al profesor reflexionar acerca de su docencia, así como compartir experiencias académicas de forma colegiada. Durante la actividad docente, nos adentramos en un mundo de descubrimiento en donde uno de los principales propósitos, además, de generar, desarrollar y/o fortalecer saberes, es compartir en un ambiente académico experiencias de trabajo encaminadas a mejorar el día a día la práctica docente, a través de diversos mecanismos de comunicación, en donde la actividad colegiada es uno de los ejes rectores.

En este marco, la mayor parte de las actividades sustanciales del profesor, se realizan en la “escuela”, como es de esperarse de la enseñanza escolarizada presencial y en donde los apoyos de enseñanza mediada por herramientas virtuales son medios auxiliares en el proceso de enseñar y el aprender.

La escuela es este escenario donde la comunidad académica principalmente maestros y alumnos, sin olvidar al personal administrativo y directivo, comparten más allá de un espacio físico, formas de ser en donde confluyen historias de vida que se ven reflejadas en conductas, actitudes, motivaciones, etcétera, y cuyo propósito general es aprender.

ANASTASIIA CHEPINSKA

Todo esto enriquece la vida académica en general y el aula en particular. Es en este contexto, donde el docente tiene “casi por una necesidad obligada”, que desplegar una serie de habilidades académicas y hasta personales para ejercer su docencia de forma eficaz, con una identidad docente firme y a la vez flexible que responda a las necesidades sociales que el mismo modelos del Colegio traza.

El 21 de marzo la Comisión Institucional de Seguridad en Salud, determinó la suspensión de actividades presenciales en toda institución educativa, por la pandemia de COVID-19, cuya presencia se había detectado desde finales del año anterior en otras partes del mundo, y se veía venir en nuestro país, ésta determinación fue un hecho que la Universidad no habría de pasar por alto, así que las actividades académicas y laborales seguirían su cauce de manera virtual y a distancia, para no afectar la trayectoria académica de la población estudiantil.

Dado lo anterior, toda la dinámica cotidiana que hasta el momento se vivía se vio irrumpida por la condición

sanitaria, por lo que nuestras fortalezas y debilidades como docentes salieron a luz, generando todo tipo de cuestionamientos desde el trabajo con los alumnos, hasta cuestiones laborales administrativas; experimentando una total incertidumbre y estados de alerta de cuándo se retomarían las clases, qué lineamientos habría para los tramites académico- administrativos de los alumnos y profesores, entre otros; aunado a ello la preocupación con respecto a la salud personal y de nuestros seres queridos.

Vivimos lo que Díaz-Barriga (2020) refiere, como un hecho inédito “la pérdida del espacio escolar y del aula”. Vale la pena mencionar, que los sentimientos derivados de la pérdida de esos espacios, muchos profesores del Colegio los hemos experimentado en periodos cortos de tiempo, por ejemplo, en la existencia de huelgas por acuerdos no académicos de grupos específicos de personas. Pero no como un hecho mundial como el provocado por la pandemia de COVID-19, por el cual muchas de las proyecciones de actividades estratégicas de enseñanza del docente se tuvieron que guardar, modificar y en casos peores hasta eliminar, los debates o

GABRIELA MORALES

discusiones por medio de los cuales se evalúan diversas habilidades se redujeron a foros de discusión muchas de las veces sin rostros, y así podemos hacer un largo listado de acciones perdidas o adaptadas que no reflejan las dinámicas que se generan al interior de las clases.

Con seguridad, puedo afirmar, sin tener base empírica, que este evento no normativo de nuestra historia, a pesar de todas las dificultades vividas con nuestro ejercicio en la docencia no tuvo estragos desastrosos e irreparables, principalmente en cuanto al trabajo de los aprendizajes con los alumnos. Cada profesor adaptó algunas estrategias didáctico pedagógicas para hacer frente a las condiciones presentadas, eligiendo los medios virtuales o redes sociales que más conocían, o bien que ya venían utilizando con sus alumnos como herramientas de apoyo, algunos otros se vieron en la necesidad de romper resistencias ante el uso de las tecnologías e iniciar un nuevo camino en la complementación de la docencia. Desde luego, y en coincidencia con lo planteado con Díaz Barriga (2020) no podemos olvidar que vivimos en una generación de alumnos que están vinculados con la tecnología digital, lo que implica otras formas de aprender. Sin embargo, un elemento primordial a considerar es que los jóvenes utilizan las tecnologías como medios de comunicación y no necesariamente como un recurso de aprendizaje. Lo cual hace aún más complejo el ejercicio de la docencia.

En este contexto Rivas (2020), refiere que la aparición de la COVID-19 puso un paréntesis en la larga historia de la escolarización y, que a partir de ello estamos viviendo una era de la excepción, que requiere, lo que este autor denominó una “pedagogía de la excepción”, reinstalando la escuela en los hogares y el aprendizaje en la vida de los estudiantes, es decir, crear un diálogo de aprendizaje en donde los hogares por medio de la tecnología sean los medios de conexión. Lo cual implica reflexionar si este “paréntesis en la educación escolarizada” nos permitirá repensar nuestro ejercicio docente o bien, ubicarnos momentáneamente en “modo de excepción mundial” en el que el ejercicio de la docencia debe continuar con acciones que permitan un diálogo de aprendizaje a distancia, esperando que la actividad escolar llegue a la normalidad, aun considerando que no será de forma inmediata.

Con todo esto, y siendo parte de la plantilla docente del Bachillerato Universitario cuya identidad es única, seguiremos trabajando en la formación y desarrollo de la personalidad de nuestros alumnos para su inserción satisfactoria en sus estudios superiores y en la vida social UNAM, (1994), desplegando aún mas habilidades en términos académicos tecnológicos, pero sobre todo esperando crear espacios de reflexión sobre la experiencia de trabajo en confinamiento, para enfocar y/o trabajar los aspectos emocionales que se han venido generando debido a la sobre carga de trabajo y ante el futuro incierto.

Fuentes de consulta
  1. Elguea, S.B. (2008). El Colegio de Ciencias y Humanidades: origen, misión, filosofía y su Modelo Educativo. Cursotaller, C. C. H. Azcapotzalco, p.6-8.
  2. UNAM, (1994). “Proceso de revión del Plan de Estudios del bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades”. Cuadernillo No.28. Elaborado por: José Eduardo Robles Uribe y José de Jesús Bazán Levy. 4 de julio.p. 3-4.
  3. Díaz-Barriga, A. (2020). La escuela ausente, la necesidad de replantear su significado en: Educación y Pandemia: una visión académica. México. Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación. Universidad Nacional Autónoma de México.